No hay nada que tenga una influencia psíquica más fuerte en el ambiente circundantes de vida, especialmente en la vida de los hijos, que la vida no vivida de los padres. Cuando los padres descuidan su propia felicidad para buscar la felicidad de los hijos, dejan a los hijos una herencia mala, una mala impresión del pasado.   Quien piensa mucho en la felicidad o bienestar de sus hijos comete dos errores gravísimos: no sabe buscar la felicidad propia, y los hijos, paradójicamente, no aprenden ese arte difícil. Si los padres supieran amarse a sí mismos aquí y ahora, los hijos aprenderán a hacerlo. La postura de crear la felicidad para el futuro de los hijos significa dejar algo o aplazar algo de su propia vida que no tuvieron  el coraje de realizar para si mismos.

 Carl Jung