Para definir la esencia del hombre debemos comprenderla no como una cualidad o una sustancia dada, sino como una contradicción inherente a la existencia humana. Su equipo de instintos, es incompleto e insuficiente para asegurarle la supervivencia. El hombre tiene inteligencia y el hombre tiene otra cualidad mental de que carecen los animales: tiene conocimiento de si mismo, consciente de la vida de si mismo; el hombre está en la naturaleza pero trasciende la naturaleza, prisionero de la naturaleza pero libre en sus pensamientos, forma parte de la naturaleza y sin embargo, es una rareza de la naturaleza, de no estar aquí ni allí.
El hombre es cuerpo y alma, ángel y animal; ese mismo conflicto, exige una solución.
La respuesta, no es una respuesta teórica, sino una respuesta de todo su ser, de su sentimiento y de su actuación; lo que constituye la esencia es la pregunta y la necesidad de una respuesta. A la primera respuesta a la búsqueda para trascender el aislamiento y llegar a la unidad, la llamo respuesta regresiva.
La solución progresiva consiste en encontrar una armonía nueva no por regresión, sino por el pleno desarrollo de todas las fuerzas humanas de la humanidad dentro de uno; que el hombre se haga plenamente humano y pierda así el terror al aislamiento. Pero lo que sucede es que en vez de hacerse él mismo plenamente humano, convirtió en ídolos a Dios y a los dogmas como manifestaciones de la “nueva meta”, sustituyendo así con una figura o una palabra la realidad de su propia experiencia.
El hombre solo puede elegir entre dos posibilidades: retroceder o avanzar.
Lo que pareció a veces una tendencia innata del hombre hacia el progreso no es otra cosa que la dinámica de la busca de soluciones nuevas. De lo que se trata es de que el hombre pueda llegar a esta meta final del pleno “despertar”, en la que la avidez y el antagonismo desaparecen (como enseña el budismo), o que esto sólo sea posible después de la muerte (según la enseñanza cristiana).
Pero es necesario distinguir dos formas de manifestación: una tiene lugar cuando los impulsos arcaicos (energías inconscientes o conductas del pasado) siguen siendo muy fuertes, pero fueron reprimidos; la otra posibilidad tiene lugar cuando en el desarrollo de una persona se alcanza y consolidada la etapa progresiva (el impulso hacia el bien), es decir se pasa de los impulsos arcaicos reprimidos a los reemplazados.
Hay personas en quienes el lado arcaico fue eliminado tan por completo, no por represión sino por el desarrollo de la orientación progresiva, que hasta pueden haber perdido la capacidad de reprimirlo. Hay, asimismo, personas, que han destruido de manera tan completa todas las posibilidades de desarrollar una orientación progresiva, que perdieron también la libertad de elegir, en este caso de elegir el progreso.
No obstante lo anterior, casi todo el mundo puede regresar a la orientación arcaica o progresar hasta el pleno despliegue progresivo de su personalidad. Es misión de la psiquiatría, del psicoanálisis y de diversas disciplinas espirituales, inventar métodos mediante los cuales pueda estimularse el desarrollo favorable y detener el desarrollo maligno.
¿Es libre el hombre para elegir? La controversia sobre el libre albedrío.
Los deterministas (el destino es fijo) han dicho que no somos libres; los adversarios sostienen lo contrario.
¿No demostró el psicoanálisis que un individuo que no resolvió nunca su dependencia respecto de la madre carece de capacidad para actuar y decidir, que se siente débil y en consecuencia se ve obligado a una dependencia cada vez mayor de figuras madres, hasta que llega al punto del que ya no hay regreso?
Spinoza y Marx pensaban que el hombre es determinado por las leyes de causa y efecto, pero que por el conocimiento y la acción correcta puede crear y ampliar la esfera de la libertad.
No obstante lo anterior, un error estriba en la costumbre de hablar de libertad de elección del hombre en general y no de la de un individuo específico. Otra dificultad se encuentra en tratar el problema del bien y del mal de un modo general, como si el hombre pudiera elegir entre el bien y el mal “en general” y tuviera libertad para elegir el bien. Otra falla consiste en hablar de la libertad en la elección y no de los diferentes grados de inclinación o tendencia, el problema de la libertad contra el determinismo es en realidad un problema de conflicto entre inclinaciones (tendencias) y sus respectivas intensidades.
Hay confusión en el termino o concepto de Responsabilidad toda vez que este puede verse como que se refiere a algo punible o acusable pero también existe la acepción que no habla de culpa ni de castigo sino de la que sólo significa: “Sé que lo hice”.
Respecto del tema de haber pecado o no haber pecado ¿de que nos va a valer en el cielo? ¿Has obrado mal? Compénsalo, pues, obrando bien en adelante.
Pecado en realidad significa “errar”; “pecado” y “pecador” equivale a “arrepentimiento” que significa “regreso” al buen camino.
Cuando alguien decide dejar de fumar, en sí mismo no podemos considerarla como una “decisión”, más bien estamos en presencia de una formulación de una esperanza. La elección es verdadera cuando el individuo tiene delante un cigarrillo y ha de decidir si lo fumará o no; es siempre el acto concreto el que requiere una decisión, es ahí donde se decide no antes.
Pero el problema puede estar disfrazado; los pensamientos conscientes pueden no ser más que racionalizaciones del sentimiento de que no ganaría la batalla aunque lo intentase; es la elección entre una acción dictada por la razón y una acción dictada por pasiones irracionales (inconscientes)
La acción humana, está determinada causalmente solo por dos razones …por pasiones o por la razón. Cuando es gobernada por pasiones, el individuo es cautivo; cuando la gobierna la razón, es libre.
El problema de la libertad de elección no es el de elegir entre dos posibilidades igualmente buenas; no es la elección la libertad de elegir lo mejor contra lo peor. La libertad no es otra cosa que la capacidad para seguir la voz de la razón, de la salud, del bienestar, de la conciencia, contra las voces de las pasiones irracionales.
La libertad de elección no es una capacidad abstracta formal que “se tiene” o “no se tiene”; es, más bien, una función de la estructura de carácter de una persona (del como es una persona o que motivaciones la mueven)
San Agustín habla del estado de beatitud en el que el hombre no es libre para pecar.
El concepto “libertad” puede ser utilizado en dos sentidos diferentes, en uno, la libertad es una actitud, una orientación, parte de la estructura de carácter de la persona madura, plenamente desarrollada, productiva; el segundo sentido del concepto de libertad es el que hemos usado principalmente hasta ahora, a saber, la capacidad de elegir entre alternativas opuestas.
Pero si preguntamos que factores apoyan la libertad de elección aun cuando sea la más fuerte la inclinación irracional, encontraremos que el factor decisivo en la elección de lo mejor y no de lo peor consiste en el conocimiento desde 6 aspectos o acepciones, a saber:
1) conocimiento de lo que constituye el bien y el mal… La conciencia de lo que es bueno y malo es diferente del conocimiento teórico de lo que se llama bien y mal; ya que ese conocimiento es conocimiento enajenado (separado, fraccionado) aprendido de autoridades, de la enseñanza tradicional.
2) conocimiento de la acción en la situación concreta como un medio adecuado para el fin deseado… Conocimiento significa que el individuo hace suyo lo que aprende, sintiéndolo, experimentando consigo mismo, observando a los demás y, finalmente, llegando a una convicción. Además de ese conocimiento se necesita conocer el equilibrio de fuerzas en el interior de uno mismo y las racionalizaciones (justificaciones) que ocultan las fuerzas inconscientes.
3) conocimiento de las fuerzas que están detrás del deseo manifiesto; lo cual significa el descubrimiento de deseos inconscientes… Cuando un hombre desea a una mujer y no razona más allá de su deseo y no conoce las fuerzas subyacentes (las motivaciones) en él. ¿Cuáles pueden ser esas fuerzas? Como ejemplo pudiera ser su vanidad y su narcisismo, se engañará con todas las racionalizaciones que supone observa en ella, a saber, está muy necesitada de cariño o de sexo, es muy bella, es muy inteligente, etc. pero todo enfocado en el otro ser, sin analizar las razones propias para estar en esa relación, como lo es el hecho que su narcisismo solo puede satisfacerse con nuevas conquistas.
4) conocimiento de las consecuencias de una elección y no de la otra… El grado siguiente de conocimiento, es el conocimiento pleno de las consecuencias de su acción, es decir que si la persona hubiera visto claramente las consecuencias de sus actos, no hubiera entrado a la aventura amorosa insincera y desmesuradamente prolongada.
5) conocimiento de las posibilidades reales entre las cuales puede escogerse… ni aun es bastante el conocimiento de las “motivaciones reales subyacentes” y “de las consecuencias” para aumentar la inclinación a la decisión justa, se necesita otro conocimiento importante: el de cuándo se hace la verdadera elección y saber cuáles son las posibilidades reales entre las que puede elegir una persona
6) conocimiento de que el conocimiento como tal no es eficaz si no va acompañado de la voluntad de obrar, de la disposición a sufrir el dolor de la frustración que es el resultado inevitable de una acción contraria a las pasiones irracionales o inconscientes de uno mismo.
Tomemos como ejemplo el siguiente: un hombre conoce todas las motivaciones y todas las consecuencias de salir con una mujer y “decide” no acostarse con ella, después de llevarla a un espectáculo y antes de dejarla en su casa sugiere “beber un drink” aparentemente inofensivo pero al calor de las copas, el momento romántico y ante todo ese escenario, se acuesta con la mujer… no hizo la elección justa cuando todavía habría sido posible hacerla, en el último momento de la cadena de decisiones él ya no es libre. «El hombre no tiene libertad» se basa en el hecho de que suele atenderse a la ultima decisión de una cadena de acontecimientos que suceden, y no a la primera o la segunda decision.
Una de las razones por las cuales la mayor parte de la gente fracasa en la vida es precisamente porque no conoce el momento en que todavía es libre para actuar de acuerdo con la razón.
Hay otro problema, nuestra capacidad para elegir cambia constantemente con nuestra práctica de la vida. Cuanto más tiempo sigamos tomando decisiones equivocadas, más se endurecen nuestros corazones; cuantas más veces tomemos decisiones acertadas, más se ablandan nuestros corazones, o mejor dicho, más vida adquieren.
Sólo el mal jugador, vive con la ilusión de que puede ganar aún después de haber perdido la libertad para hacerlo.
La libertad no es el atributo constante que “tenemos” o “no tenemos”. En realidad, no existe tal cosa como la “libertad” salvo como palabra y como concepto abstracto. No hay más que una realidad: el acto de liberarnos a nosotros mismos en el proceso de elegir. En ese proceso varía el grado de nuestra capacidad para elegir con cada acto, con nuestra práctica de la vida. Cada paso en la vida que aumente la confianza que tengo en mi mismo, en mi integridad, en mi valor, en mi convicción, aumenta también mi capacidad para elegir la alternativa deseable, hasta que al fin se me hace más difícil elegir la acción indeseable que la deseable. Por otra parte, cada acto de rendición y cobardía me debilita, prepara el camino para nuevos actos de rendición, y finalmente se pierde la libertad.
Existen diferentes grados de libertad de elección, si el grado de libertad para elegir el bien es grande se requiere menos esfuerzo, si es pequeño se necesita un gran esfuerzo. Debemos tener presente que cuando sufrimos una derrota a nuestros sentimientos y decisiones nos hace más propicios hacia otras derrotas y así sucesivamente hasta que caemos en una espiral decreciente que nos lleva hasta el punto de no retorno. Pero también es cierto que el efecto productivo se produce de manera positiva cuando nuestras decisiones son correctas y asertivas de tal suerte que la primera victoria hace más fácil el camino para la siguiente, hasta que ya no cuesta trabajo elegir lo justo.
La mayoría de la gente fracasa en el arte de vivir porque no despierta ni ve cuando está en una bifurcación del camino y tiene que decidir en ese momento.
Debemos tener el conocimiento de las diferentes elecciones que son reales contra las que son imposibles porque no se basan en posibilidades reales. La posición determinista se basa en que en toda situación de elección no hay más que una sola posibilidad real, por otra parte el punto de vista indeterminista precisa que en el momento de elegir hay muchas posibilidades y el hombre es libre para elegir entre ellas.
Ahora bien, que se entiende por posibilidad real? Es la que puede realizarse teniendo en cuenta la estructura total de fuerzas que actúan en un individuo o en la sociedad, es lo contario de la posibilidad ficticia que corrompe los deseos y el apetito de superación del hombre.
El hombre es influido por numerosos factores: por condiciones ambientales (clase, sociedad, familia) y por condiciones hereditarias y constitutivas. Pongamos un ejemplo de una persona con timidez constitutiva dada, puede convertirse en un individuo supertímido, retraído, pasivo, desalentado o en un individuo muy intuitivo. Otro ejemplo puede aplicarse a una persona con un componente sádico (querer dañar) constitutivamente dado o adquirido a edad temprana, este individuo puede ser sádico o convertirse en una persona que combata y venza el sadismo, pero nunca será indiferente al sadismo.
Hablemos de posibilidades reales en el campo de los factores constitutivos (los que ya vienen con la persona) y tomemos como ejemplo el del fumador, este se encuentra ante dos posibilidades reales: seguir siendo un fumador en cadena o no volver a fumar un solo cigarrillo, ahora bien el problema es que la persona cree que tiene otra posibilidad aunque esta es ficticia, la de fumar algunos cigarrillos, pero esta posibilidad resulta ser solo una ilusión; lo mismo pasa con el alcohólico.
Entrando a un concepto más amplio, podemos decir acerca de la humanidad que si esta se destruye no será por la maldad intrínseca del corazón del hombre sino será por la incapacidad para despertar a las alternativas realistas y sus consecuencias. La posibilidad de la libertad está en reconocer cuales son las posibilidades reales entre las que podemos elegir y cuáles son las posibilidades irreales que constituyen las ideas-deseos por las que tratamos de ahorrarnos la desagradable tarea de tomar una decisión entre alternativas que son reales pero impopulares, dejando claro que las posibilidades irreales son ilusiones, pero indebidamente preferimos pensar que hay otras posibilidades que pueden perseguirse, viviendo con la ilusión de que se realizaran posibilidades inexistentes para después sorprenderse, indignarse y hasta ofenderse cayendo en la actitud errónea de acusar a otros cuando lo único que debería condenar es su propia falta de valor para hacer frente a la cuestión y su falta de razón para comprenderla.
En conclusión: las acciones del hombre son causadas por inclinaciones arraigadas en fuerzas (habitualmente inconscientes) que operan (a espaldas o detrás o por debajo) en su personalidad.
La libertad de acción estará siempre limitada por las posibilidades reales existentes. La libertad en este sentido puede definirse no como obrar con desconocimiento de la necesidad sino como obrar sobre la base del conocimiento de las alternativas y sus consecuencias. Nunca hay indeterminismo; a veces hay determinismo y a veces alternativismo basado en el fenómeno exclusivamente humano: el conocimiento, o dicho de otra manera todo acontecimiento es causado, pero en la constelación previa al acontecimiento puede haber motivaciones diferentes que pueden ser la causa del acontecimiento siguiente, cuál de esas causas posibles llegue a ser causa efectiva, puede depender del conocimiento que tenga el hombre del momento mismo de la decisión, en otras palabras nada es incausado (sin causa), pero no todo es determinado (fijo).
Spinoza, Marx y Freud a pesar de ser considerados como deterministas, es decir que niegan la libertad humana y ven en el hombre el instrumento de fuerzas que operan a su espalda y que no solo lo inclinan a obrar sino lo determinan, también eran hombres que a su vez querían que el hombre pudiera cambiar y transformar partiendo de conocerse a sí mismo, transformando las pasiones que lo ciegan y lo encadenan, en acciones que le permitan obrar de acuerdo con su verdadero interés como ser humano, Spinoza afirma que la libertad no es nada que nos sea dado, sino algo que, dentro de ciertos límites, podemos adquirir por conocimiento y esfuerzo. Como ejemplo de lo anterior vemos que una persona ignorante no tiene poder sobre sí mismo ni sobre sus pasiones, siendo arrastrado solo por sus deseos, ignorante de sí mismo y de sus posibilidades reales o existentes y tan pronto deja de sufrir, deja de ser, en tanto que el sabio ante las dificultades apenas si es perturbado en su espíritu pero siendo consciente de sí mismo y de su entorno, nunca deja de ser, sino que siempre posee la verdadera aprobación o afirmación de su espíritu.
En otras palabras la conquista de la libertad solo es posible por la razón, por las ideas adecuadas y por el conocimiento, pero solo si el hombre hace el esfuerzo con más trabajo que el que la mayor parte de los hombres están dispuestos a hacer, recordemos que las cosas que valen la pena en esta vida son también de alguna manera difíciles y algo raras.
Salvación significa conquista de la libertad por el conocimiento y el trabajo. La emancipación es el resultado del conocimiento y del esfuerzo, en tanto si seguimos ciegos y no hacemos el esfuerzo, perderemos la libertad. El hombre puede romper las cadenas de la necesidad si conoce las fuerzas que operan a su espalda, si hace el enorme esfuerzo para conquistar la libertad.
Freud, a pesar de ser Determinista, también puede considerarse Alternativista por querer promover en el individuo su legítima búsqueda de la libertad de elección ante opciones viables, de tal suerte que propuso cambiar la neurosis en salud, sustituyendo el predominio del Ego por el del Id. La neurosis no es otra cosa sino la pérdida de la libertad por el hombre para obrar racionalmente, o dicho de otra forma la salud mental es la capacidad del hombre para obrar de acuerdo con su verdadero interés, como individuo y ser en evolución, el lema es La verdad te hará libre.
CONCLUSION:
1.- LAS ACCIONES DEL HOMBRE ESTAN DETERMINADAS POR CAUSAS ANTERIORES (IMPULSOS O ENERGIAS INCONSCIENTES), PERO PUEDE LIBERARSE DEL PODER DE ESAS CAUSAS MEDIANTE EL PODER DEL CONOCIMIENTO Y EL ESFUERZO.
2.- NO PUEDE SEPARARSE TEORÍA Y PRÁCTICA, INTERPRETACION Y CAMBIO SON INSEPARABLES. SI NO HAY ACCIONES NO HAY CONOCIMIENTO.
3.- UNA PERSONA SIEMPRE PODRA TENER UNA CONDUCTA ALTERNATIVISTA ( TENER OPCIONES DE UNA VIDA MEJOR) MIENTRAS NO HAYA PERDIDO SU LIBERTAD.
Escrito por> Erich Fromm